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Introducción
La insuficiencia venosa crónica es una patología frecuente, que altera la calidad de vida, provoca discapacidad y ocasiona un gran gasto sanitario. Se estima que el 30% de la población general, con un predominio en los países occidentales, padece esta enfermedad. El 25-33% de las mujeres y el 10-20% de los varones tienen várices.
La distinta prevalencia entre ambos sexos puede estar relacionada con un comienzo más precoz y con una esperanza de vida más larga en las mujeres. En ambos sexos, la prevalencia de las várices aumenta de forma lineal con la edad.
Cómo se desarrolla esta patología
Hay dos sistemas venosos diferenciados en las extremidades inferiores: el superficial (SVS) y el profundo (SVP), unidos por las venas perforantes o comunicantes. Las venas del sistema superficial tienen unas paredes más finas, fácilmente distensibles. El sistema profundo contiene el 90% de la sangre venosa de los miembros inferiores y presenta paredes más gruesas, con menor capacidad de distensión.
Las venas de los miembros inferiores tienen la función de transportar sangre desde los pies hasta el corazón, para ello cuentan con válvulas que se abren y se cierran para dirigir el flujo sanguíneo. Además, los músculos de la pantorrilla ayudan a bombear la sangre de regreso al corazón.
Si las válvulas de las venas no funcionan correctamente, o si los músculos de la pantorrilla no pueden bombear de manera adecuada, se produce un bloqueo en el flujo sanguíneo. Este bloqueo causa una acumulación de sangre que aumenta la presión en las venas y que genera síntomas como sensación de pesadez en las piernas, várices, hinchazón, cambios en el color de la piel y úlceras.
La insuficiencia crónica es una condición en la cual se dificulta el retorno venoso y por lo tanto la sangre fluye en sentido opuesto a la normalidad, con independencia de la postura y de la actividad, aunque resulta más notorio en posición de pie e inmóvil.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo identificados son la herencia, el sexo (las mujeres se afectan más que los varones), la gestación, la obesidad y la edad. El factor hereditario es predominante.
La postura de trabajo puede ser un factor agravante. Estar de pie o sentado durante períodos prolongados, sin caminar, puede disminuir el flujo de la sangre desde las piernas hacia el corazón.
Otros factores agravantes pueden ser las prendas ceñidas (cinturones, faldas o pantalones ajustados a la cintura, corsés, fajas o botas apretadas), las cargas pesadas, las piernas cruzadas, el tabaco, los anticonceptivos, el calor y la práctica de ciertos deportes que provocan una hipertensión súbita sobre las válvulas (tenis, squash). Además, el sobrepeso y la obesidad pueden aumentar la presión en las venas de las piernas y dañar las válvulas.
Causas
Cualquier condición que dañe las válvulas de las venas de los miembros inferiores puede conducir a desarrollar insuficiencia venosa crónica.
Síntomas
Diagnóstico
Los médicos pueden diagnosticar la enfermedad venosa crónica examinando a una persona en busca de signos y preguntando sobre los síntomas del trastorno: la presencia de venas varicosas, hinchazón en las piernas, cambios en la piel o úlceras en la piel.
El dúplex (o eco dúplex) venoso se utiliza para confirmar el diagnóstico de la insuficiencia venosa crónica y para evaluar su etiología. La técnica dúplex combina el modo de estudio ecográfico en escala de grises de las venas profundas y superficiales con la evaluación de la dirección del flujo. La presencia de obstrucción venosa por trombosis venosa profunda crónica se puede visualizar directamente o se puede sospechar por las alteraciones en las características del flujo venoso espontáneo.
Complicaciones
La enfermedad venosa se caracteriza por su cronicidad y su progresión. En la inmensa mayoría de los casos, las várices aparecen de forma progresiva e insidiosa a lo largo de los años. El momento de inicio es variable, pero las primeras vénulas o várices, así como los primeros síntomas, pueden aparecer desde la adolescencia.
Complicaciones agudas
Complicaciones tardías
Se pueden observar pigmentaciones en el trayecto de una várice. En la mayoría de ocasiones, se localizan en el tercio inferior de las piernas y consisten en dermatitis purpúrica pigmentada de color amarillo, ocre, rojo oscuro o marrón.
Tratamiento
La decisión para establecer el tratamiento adecuado, se basa en la historia clínica y la exploración física. El tratamiento de la insuficiencia venosa crónica se dirige a disminuir los síntomas y a prevenir las complicaciones. Dicho tratamiento comienza con el respeto de ciertas reglas de higiene de vida: estabilizar el peso, hacer actividad física frecuente, luchar contra el sedentarismo y evitar la posición de pie prolongada. Se recomienda:
Manejo quirúrgico
Conclusión
Para valorar el alcance y la causa de las anomalías venosas se debe efectuar una exploración física que debe completarse con una ecografía dúplex, cuando se sospecha de la existencia de reflujo. Actualmente, hay diferentes formas de tratamiento seguras y eficaces. El tratamiento de la patología venosa es cada vez más seguro, eficaz y satisfactorio para el paciente.