Más de 500 especialistas de tiempo completo te garantizan una atención idónea
Ver DirectorioProporcionamos una estrategia pedagógica planificada y organizada.
Vista GeneralHas clic en vista general para ampliar la información sobre nuestra oficina
Hablar de la Fundación Valle del Lili es hablar de un patrimonio invaluable, no solo del Valle del Cauca sino del país. Su crecimiento integral como hospital universitario se ve reflejado en la calidad del servicio que presta a los pacientes y sus familiares, en el desarrollo de su infraestructura y en las investigaciones que realiza.
Ese propósito, por ser cada vez mejor, también se ve reflejado en las calificaciones como entidad de salud, pues es la número uno en Colombia y la tercera a escala latinoamericana, según la revista América Economía.
De igual manera, ha ocupado el primer lugar en el país en los dos últimos años en un ránquin que anualmente realiza la firma española Merco (Monitoría Empresarial de Reputación Corporativa), que tiene una rama de estudios en salud.
Pero más allá de eso, la Fundación Valle del Lili sigue su proceso de mejoramiento y acaba de inaugurar un moderno edificio en el que se invirtieron $33.000 millones y pronto concluirá la remodelación y ampliación de la Torre 1.
Detrás de todo ese proceso hay un gran equipo de trabajo, liderado por Marcela Granados Sánchez, directora Médica y Académica. Sus conocimientos, su experiencia y su trayectoria en la Fundación la llevaron a ese cargo hace cinco años, pero lleva vinculada con la institución más de 20 años.
En diálogo con Líderes y Negocios de El País esta caleña por adopción, quien divide su tiempo entre la atención de pacientes de cuidado intensivo y la administración, habló de los nuevos retos y dejó claro que su principal apuesta está en la búsqueda de la excelencia.
¿Cómo se ha logrado llegar tan lejos en un tiempo relativamente corto. La Fundación no lleva más de 23 años en la zona del Valle del Lili?
Cuando llegué, en 1992, la sede funcionaba en el barrio Centenario con consulta externa y algunos servicios.
En 1994 se abre la Fundación en la zona del Valle del Lili, iniciamos con 90 camas de hospitalización, cuatro quirófanos y 8 camas de cuidado intensivo. Hoy tenemos 512 camas hospitalarias, 35 % de ellas en cuidado crítico o intensivo para niños y adultos y tenemos 12 quirófanos. El crecimiento ha sido exponencial.
¿Qué puesto ocupa hoy la Fundación a nivel latinoamericano?
Según el ránquin de la revista América Economía, en el 2016 obtuvimos el tercer puesto a nivel latinoamericano y el primero a nivel colombiano. Todavía no ha salido el del 2017.
¿Cómo se logra eso?
La revista envía unos cuestionarios y hace un ránquin de acuerdo con unas categorías a las que les pone unos porcentajes. Así por ejemplo, del
20 % al 25 % incluye la seguridad y la dignidad de los pacientes, eso se refiere a la calidad en la atención.
Un 25 % es el capital humano que tiene la institución, otro 20 % es la capacidad instalada de la entidad, que incluye equipos. Un 10 % es la generación de conocimiento, que se mide en los artículos producidos dentro de la institución y que son publicados en las revistas especializadas, otro 10% es eficiencia y eso se refiere a la gestión de la capacidad instalada y a la parte financiera y el 10% restante es prestigio y reconocimiento.
Adicionalmente hay otro ránquin que ha aparecido en el país que es el de la firma española Merco (Monitoría Empresarial de Reputación Corporativa). Tiene una rama de salud que mide el prestigio de las instituciones basado en encuestas. En esa medición somos los primeros en los dos últimos años en Colombia. Toda esa información es verificable.
Es un orgullo, pero también una responsabilidad…
Una gran responsabilidad. Sentimos que tenemos que seguir respondiéndole a la región y al país de todo lo que hemos recibido, no podemos dejar que la institución decaiga.
Lograr esos resultados no es fácil, ¿pero en qué trabaja la Fundación para sostenerse en esos puestos?
La institución tiene cuatro pilares en los que trabaja duro. El primero es la asistencia y la atención de los pacientes, esa es la base de la Fundación. El paciente debe salir satisfecho con la atención relacionada con su enfermedad.
El segundo es el pilar de la educación y el incremento en el desarrollo de la infraestructura, somos responsables de la formación del recurso humano en salud. Tenemos una alianza desde el 2009 con la Icesi para formar a los nuevos médicos.
El tercer pilar es la investigación y tiene varios beneficios para la comunidad. Tenemos una subdirección de la Dirección Médica y Académica. Desde allí se genera conocimiento con líneas de investigación propia, entre ellas, en medicamentos.
El cuarto pilar es el apoyo social y está dirigido a becar estudiantes.
Tenemos un programa con la Icesi que se llama Icesos. Dicho programa beneficia a los estudiantes de bajo nivel socioceconómico. Allí están los jóvenes del plan Ser Pilo Paga y la Fundación es la principal aportante.
¿Qué falta para que llegue al segundo lugar en Latinoamérica?
Es difícil competir con algunas instituciones privadas que manejan recursos económicos muy grandes, como los que se tienen en Brasil donde está la primera institución. Se llama Albert Einstein.
La segunda es la Clínica Alemana de Chile. Tienen más capacidad instalada y más años de experiencia, lo mismo que más producción de trabajos científicos.
Muchos pacientes destacan la buena aptitud de todo el equipo médico. ¿Cómo ‘juega’ esa parte dentro de los pilares de la entidad?
Esa parte es transversal en todos los pilares. Yo no puedo hacer investigación ni educación si no tengo humanización. La humanización es una política nuestra, una filosofía.
Hablemos de infraestructura, ¿qué se está haciendo y cuánto se invierte?
La Fundación es un patrimonio invaluable del Valle. Todos los rendimientos van a inversión, a educación y a equipos, entre otros.
Acabamos de inaugurar el edificio número 7, en el que se invirtieron $33.000 millones. En ese edificio está la biblioteca para los estudiantes, un área de bienestar universitario, un piso para el centro de investigaciones, consulta externa y los dos últimos pisos harán parte de la administración.
Ahora, en la Torre 1, que es el primer edificio de consultorios, estamos haciendo otra inversión. Aumentamos consultorios y se dispusieron salas de reuniones. La inversión suma $3500 millones.
¿La inversión total cuánto suma?
La que estamos terminando es de $40.000 millones, que también incluye un área de juego para niños de hospitalización en el cuarto piso y una ampliación de urgencias para las llamadas urgencias prioritarias.
¿Cómo está conformado el equipo humano?
Aquí laboran 5000 personas, distribuidas así: 3500 son empleados directos y corresponde a enfermeras, profesionales no médicos y personal administrativo. Asimismo hay 500 médicos que hacen parte de un modelo de contratación por productividad. El cuerpo médico y la Fundación son socios, adicionalmente tenemos 300 personas en ‘outsourcing’ y por contratos que siempre hay por aumento de infraestructura tenemos 200. Ellos son contratistas y finalmente hay más 500 estudiantes de pregrado y posgrado.
¿En qué más crece la Fundación?
Además de la infraestructura, en servicios y en conocimiento. A todo ello se suman los trasplantes.
El año pasado hicimos un total de 260 trasplantes, entre ellos de riñón, hígado, corazón, intestino, médula ósea y el más reciente fue de pulmón.
Además le quiero contar que tenemos cuidado intensivo y cuidado crítico. Los pacientes de trasplantes van a cuidado intensivo. Cuidado crítico es otro de los servicios que es muy demandado en la Fundación porque hace muchos procedimientos y tiene servicios que probablemente sean muy difíciles de hacer en otras partes. Esa área está dentro de la unidad de cuidado intensivo.
¿Cuál es su gran apuesta?
Velar por la sostenibilidad y nunca parar el crecimiento de la institución. Siempre pensamos en una frase que la tenemos como filosofía de vida y es…la búsqueda de la excelencia como seres humanos y como organización.
Fuente: Artículo tomado del periódico El País Cali, 11 de Octubre 2017