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Andrés Felipe Hurtado - Analista de cohortes especiales
Victoria Eugenia Bunzel - Epidemióloga Unidad Funcional de Cáncer
Yaira Yobana Gil - Enfermera oncóloga. Coordinadora de Unidades Funcionales
Los efectos en la salud después de un diagnóstico de cáncer, incluyendo sus tratamientos, pueden ser: fatiga, ansiedad, depresión, estrés, dolor y trastornos del sueño, potenciados por la edad y aspectos que van desde la imagen corporal hasta el miedo, impactando directamente al paciente en su calidad de vida. Por eso se hace importante identificar los resultados desde la perspectiva general del paciente y su estado de salud, y conocer el impacto real de las intervenciones que se realizan en la prestación del servicio de salud a los pacientes oncológicos.
La calidad de vida es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “la percepción que tiene un individuo de su posición en la vida en el contexto de la cultura y los sistemas de valores en los que vive y en relación con sus metas, expectativas, estándares y preocupaciones”.
La evaluación de la calidad de vida es realizada por el Programa de Soporte Oncológico mediante la escala QLQ C30, desarrollada por la Organización Europea para la investigación y tratamiento del cáncer (EORT), validada a nivel mundial, la cual se estructura en 5 escalas funcionales: física, actividades cotidianas, emocional, cognitiva y social, una escala de estado global de salud, tres escalas de síntomas (naúseas, vómito y dolor) y 6 ítems independientes, (disnea, insomnio, anorexia, estreñimiento, diarrea e impacto económico), calificado en un sistema de respuesta de cuatro niveles, desde 1 "nada" hasta 4 "mucho".
Esta medida permite la generación de valor en salud con resultados favorables no solo en el plano físico del paciente, sino también en el psicológico, asistencial y social, demostrando que la atención centrada en el paciente, la gestión de riesgos clínicos y los modelos de atención integral son estrategias importantes para mejorar la calidad de la atención en el Sistema de Salud.
Los profesionales de fisioterapia, medicina, nutrición, psicología, enfermería oncológica y trabajo social que componen el Programa de Soporte Oncológico de la Unidad Funcional de Cáncer brindan una atención centrada en la persona y su familia, con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad de vida a través de la orientación de los temas que favorecen el bienestar físico, psicológico y emocional.
Manejo de las principales situaciones negativas relacionadas con la alimentación asociadas al cáncer y su tratamiento: falta de apetito, síntomas gastrointestinales y pérdida progresiva de peso. Estas recomendaciones
profesionales se basan en estrategias individuales clave para establecer la correcta selección de alimentos, preparación y presentación.
El trabajo de este grupo permite mejorar la calidad de vida del paciente orientando y proporcionándole recursos y estrategias que le permitan recuperar su equilibrio físico y emocional. Esto se realiza ofreciendo psicoeducación, durante la cual se genera una nueva percepción de la enfermedad frente al tratamiento y se desarrolla en las salas de quimioterapia, donde se ofrece participación transversal involucrando las propias vivencias de los pacientes y generando nuevas técnicas de afrontamiento.
Intervención fisioterapéutica en cáncer de mama desde el inicio de tratamiento con enfoque educativo, plan casero y seguimiento telefónico, acciones que nos permiten identificar necesidades físicas específicas y brindar intervenciones tempranas que tiendan a mejorar la funcionalidad para las actividades de la vida diaria. Generando a través del trabajo integral con el área médica derivaciones oportunas en el control de síntomas de difícil manejo, se pueden prevenir efectos adversos y educar en el manejo del dolor, fatiga, debilidad, linfedema, disminución de fuerza y alteración del rango de movimiento, condiciones que pueden desencadenar limitaciones funcionales.
