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Hace 12 años, el doctor Luis Armando Caicedo Rusca, médico fundador de la Unidad Funcional de Donación y Trasplante de la Fundación Valle del Lili, junto al doctor Diego Fernando Jiménez Rivera, jefe del servicio de Hepatología de esta misma institución, viajaron a Japón con una misión trascendental, aprender un procedimiento alternativo para realizar trasplantes a partir de un donante vivo, que ayudara a contrarrestar los bajos índices de donantes cadavéricos.
Desde ese momento, la Fundación Valle del Lili comenzó a recorrer un camino de crecimiento, en el que se fueron implementando mejoras de infraestructura, logísticas, tecnológicas, así como formando un equipo multidisciplinario de especialistas en hepatología y cirugía abdominal de alto nivel, cuya experiencia respondiera a las exigencias de un procedimiento como el trasplante hepático para adulto con donante vivo.
Todo el desarrollo médico e institucional propició que el pasado 17 de abril, de 2023, se realizara el primer trasplante hepático con donante vivo, entre dos personas adultas. Stella Labrada Vélez, de 62 años, diagnosticada con cirrosis hepática, fue la paciente receptora, y su hija Ana María, de 28 años, la donante viva. Se trata de un hito en la historia de la Fundación Valle del Lili, que potencializa la importante labor de la Unidad Funcional de Donación y Trasplantes.
“La importancia de empezar a realizar estos procedimientos, es que nos permitirá tener una mayor disponibilidad y oportunidad para trasplantar a los pacientes que están en lista de espera de un hígado, y que cuentan con un familiar que sea apto para donar. Esto será determinante para aumentar el número de trasplantes a personas que antes no podían acceder a este procedimiento, porque no estaban lo suficientemente graves para ser una prioridad en la lista de espera, o porque estaban tan enfermos que no sobrevivirían hasta cuando se encontrara un donante cadavérico que los beneficiara. Confiamos en que de esta forma, muchas personas tendrán su oportunidad de recuperar la salud a tiempo”, apunta el jefe del servicio de Hepatología de la Fundación Valle del Lili.
Por su parte, el doctor Óscar Javier Serrano Ardila, cirujano de trasplantes de órganos abdominales, de la Fundación Valle del Lili, y quien estuvo al frente de este procedimiento, asegura que “solo cuando el equipo médico adquirió toda la experticia necesaria decidimos implementar esta alternativa de donación y trasplante, para que más personas puedan acceder al trasplante de hígado con mayor prontitud, puesto que así evitamos que los pacientes se deterioren en la lista de espera”.
La Fundación Valle del Lili abrió su Unidad Funcional de Donación y Trasplantes en el año 1995, en primer lugar, realizando trasplantes renales con donantes vivos y cadavéricos. Al año siguiente, iniciaron los trasplantes hepáticos con donante cadavérico, y con donante vivo solo en pacientes pediátricos. De forma progresiva y cada vez más especializada, se fueron sumando nuevos procedimientos para trasplantes de diferentes órganos y tejidos, logrando que esta institución vallecaucana esté entre las IPS con mayor número de trasplantes realizados en Colombia anualmente.
En cuanto a los trasplantes hepáticos con donante vivo, la Fundación Valle del Lili ya tenía una amplia experiencia con pacientes pediátricos, lo que allanó el camino para el procedimiento con adultos.
“Los trasplantes hepáticos de donante vivo para los niños, son algo que llevábamos haciendo bastante tiempo y con muy buenos resultados, además tuvimos la oportunidad de trasplantar menores de edad con talla y peso similar a la de un adulto, por eso fue que empezamos a explorar la posibilidad de ir al donante vivo con pacientes mayores”, explica la doctora Diana Marcela Escobar, médica hepatóloga de la Fundación Valle del Lili.
De hecho, el 13 de abril de este año, se realizó un trasplante hepático con donante vivo en un adolescente de 13 años, que pesaba más de 55 kg, es decir, el peso de un adulto promedio. La donante fue la madre del menor, de quien tomaron una fracción amplia de hígado, sin afectar su salud.
En el caso de la paciente Stella, de 62 años y con un peso de 48 kg, el cirujano extrajo cerca del 70% del hígado de su hija para trasplantarlo. Esto fue posible debido a que la donante tenía una estatura y peso adecuados para que al quitarle esta fracción, el hígado restante pudiera cumplir sus funciones y regenerarse.
1134 trasplantes hepáticos, entre los años 1996 y 2023, se han realizado en la Unidad Funcional de Donación y Trasplantes de la Fundación Valle del Lili. Del total histórico de trasplantes, 686 han sido para pacientes adultos, y 448 para pacientes pediátricos.
El trasplante hepático con donante vivo para un adulto es, como lo describe el doctor Serrano Ardila, “un procedimiento de complejidad mayor, más exigente que un trasplante pediátrico, debido precisamente a la volumetría y las medidas antropométricas del paciente.
Es decir, normalmente cuando se hace un trasplante de donante vivo en pediatría, se requieren volúmenes del hígado muy pequeños, dos segmentos del lóbulo izquierdo, el lado más reducido del órgano, que se toman de una persona adulta, mucho más grande físicamente que el paciente. Por lo general, los niños que requieren trasplante, tienen un peso por debajo de los 10 kg, para lo que una cantidad pequeña de hígado es suficiente”.
En este sentido, el donante está menos expuesto a complicaciones. Mientras que, “en un trasplante entre adultos, el peso del donante y el paciente receptor se equiparan mucho, de modo que es necesario tomar volúmenes mayores de hígado, es decir, porciones más grandes. Para lo cual, desde el equipo quirúrgico, debemos plantear una intervención muy detallada y de gran precisión, basándonos en la anatomía particular del hígado del donante”, aclara el cirujano.
Para lograr este nivel de precisión, garantizando la seguridad del donante y el paciente receptor, los especialistas se basan en modelos del hígado tomados de ecografías que muestran la parte externa, pero el principal estudio para conocer en profundidad la composición del órgano es la angiotomografía trifásica de hígado.
Según el cirujano de trasplantes de la Fundación Valle del Lili, este estudio “es el que nos permite ver todas las estructuras vasculares dentro del hígado, tanto la arterial, como la portal y la venosa. Con esta imagen podemos calcular por dónde se realiza el corte durante la cirugía, definiendo la cantidad de hígado que le quedaría al donante y la que podríamos tomar para el receptor, así estamos seguros de manejar volúmenes exactos para ambas personas”.
La intervención quirúrgica con donante vivo para trasplante de hígado, consiste en realizar una hepatectomía mayor, cortando el órgano y extrayendo una parte. Por esta razón, el proceso inicia en una sala de cirugía con el donante, y cuando se obtiene el fragmento hepático, este se prepara y se lleva a una sala anexa donde espera el paciente receptor. Un grupo de hasta 4 cirujanos participan en todo el procedimiento, pasando de un quirófano a otro, además son apoyados por anestesiólogos, instrumentadores quirúrgicos y personal de enfermería que supervisa la parte técnica y brindan soporte en diferentes momentos.
Fuente: El país Cali