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En esta oportunidad, se consideran algunos aspectos relacionados con la enfermedad pulmonar crónica: los desencadenantes actuales, el problema que representa y el centro de atención de alta complejidad para los casos más severos y avanzados que ofrece la Fundación Valle del Lili, a través de su programa de trasplante pulmonar.
La enfermedad pulmonar respiratoria crónica es una de las enfermedades no transmisibles más comunes en todo el mundo. Las enfermedades pulmonares crónicas más frecuentes son el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la enfermedad pulmonar intersticial y las enfermedades pulmonares ocupacionales, como la neumoconiosis y la silicosis.
Infortunadamente, estas enfermedades han recibido menos atención pública y menos esfuerzos en investigación que otras, como la enfermedad cardiovascular, el cáncer, la enfermedad cerebrovascular, la diabetes o la enfermedad de Alzheimer.
Los factores de riesgo de enfermedades respiratorias crónicas son comunes, por ejemplo, al menos 2.000 millones de personas están expuestas a los efectos tóxicos del uso de combustible de biomasa, 1.000 millones están expuestas a la contaminación del aire exterior y 1.000 millones de personas son fumadores que además, exponen a una cantidad casi igual de personas al efecto nocivo del humo del tabaco. Se estima que cada año, mueran prematuramente 4 millones de personas por enfermedades respiratorias crónicas.
En el año 2017, se registró un aumento de 3.9 millones de muertes, lo que representa un incremento del 18% desde 1990. La enfermedad respiratoria crónica más prevalente en el mundo fue la EPOC, con una prevalencia global del 3.9%, mientras que el asma tuvo una prevalencia del 3.6%. Las estimaciones indican que en el 2020, la tercera causa de muertes será la EPOC.
La enfermedad respiratoria crónica no es curable. Sin embargo, existen varias formas de tratamiento que pueden ayudar a controlar los síntomas, incrementar la calidad de vida de los pacientes y prevenir resultados adversos, como exacerbaciones asociadas a una sustancial morbilidad y al incremento del uso de los recursos de salud.
Para implementar medidas que contengan la creciente incidencia de la enfermedad respiratoria crónica, en primer lugar, es fundamental aumentar los controles de la contaminación por tabaco a nivel mundial, regional y local. Un informe del Banco Mundial mostró que los niveles de contaminación ambiental por material particulado, contaminación ambiental por ozono y varias exposiciones ocupacionales han aumentado significativamente, entre 1990 y 2017. Además, muchos países aún enfrentan una creciente epidemia de tabaquismo, especialmente en mujeres y adolescentes.
En segundo lugar, se deben desplegar esfuerzos para promover el diagnóstico y el tratamiento temprano de las enfermedades respiratorias crónicas, con el objetivo de mejorar los resultados clínicos a largo plazo, incluida la mortalidad prematura. Un número considerable de personas con enfermedades respiratorias crónicas permanece sin diagnosticar, incluso, en los países desarrollados. La detección oportuna de enfermedades respiratorias crónicas requiere un acceso fácil y adecuado a los servicios de salud, así como el uso de instrumentos de diagnóstico, como la espirometría y las imágenes de tórax, entre otras.
En tercer lugar, es esencial aumentar la financiación de la investigación de estrategias para detectar las enfermedades respiratorias crónicas en su etapa más temprana y acelerar el descubrimiento de nuevas terapias, que resultan necesarias para el tratamiento de muchas de estas enfermedades.
La Fundación Valle del Lili cuenta con infraestructura y capital humano para hacer frente al problema creciente de las enfermedades respiratorias crónicas y de algunos de sus casos más severos, conocidos como enfermedad pulmonar avanzada.
En el grupo de los casos severos se encuentra la enfermedad pulmonar intersticial, conocida como fibrosis pulmonar, que tiene diferentes causas: secundaria a enfermedades del tejido conectivo, de causa autoinmune, secundaria a medicamentos, neumonitis por hipersensibilidad. En menor proporción, se encuentra la fibrosis pulmonar idiopática, una enfermedad rara e infrecuente. La enfermedad pulmonar hereditaria es más frecuente y letal, al igual que la fibrosis quística, tanto en población pediátrica como adulta. De igual forma, en el grupo de casos severos están la hipertensión pulmonar (tanto la primaria como la secundaria a otros trastornos), los casos de EPOC más severos y otras enfermedades pulmonares, como bronquiectasias, linfangioleiomiomatosis, entre otras.
Las enfermedades anteriormente mencionadas tienen el potencial de ser trasplantadas. Ahora bien, antes de recurrir a un trasplante, se brinda un manejo interdisciplinario para evitar que sea necesario este tipo de tratamiento.
No todas las enfermedades mencionadas requieren trasplante. Está demostrado que una enfermedad pulmonar puede empeorar y ser invalidante, disminuye el riesgo de complicaciones al ser conocida por un grupo de trasplante. Con frecuencia, es necesario tan solo optimizar el manejo de esa enfermedad para mejorar el pronóstico a corto y mediano plazo.
La Fundación Valle del Lili, su infraestructura, su dinamismo vanguardista y su vocación en investigación, educación y proyección social, manifiesta la disposición a impactar en la calidad de vida de las personas del Valle del Cauca y de todo el suroccidente colombiano.
Solicitud de TeleConsulta: 602 3319090 Ext. 7907. Mayor información aquí: Servicio de Neumología |