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¿Qué son los miomas?
Los miomas o leiomiomas son tumores benignos de músculo que se forman en el útero. Alrededor del 77% de las mujeres los tienen y cerca de un 25% de las pacientes en edad reproductiva (entre los 15 y los 50 años) presentaran síntomas relacionados con miomas en algún momento de su vida. Por esto, es una de las causas más frecuentes de consulta en la práctica de ginecológica.
¿Qué síntomas pueden producir?
Los miomas tienen la particularidad de no depender de su tamaño para manifestar molestias; algunos miomas grandes pueden pasar desapercibidos, mientras otros muy pequeños pueden producir muchos problemas. Esto depende principalmente de su localización. Los que se ubican en la parte más externa del útero (subserosos) suelen producir pocos síntomas, mientras que los que se ubican dentro de la pared del útero (intramurales) o en la región más profunda del útero (submucosos) son los más sintomáticos.
Los síntomas más frecuentes producidos por los miomas son el sangrado menstrual abundante, sangrado irregular, dolor pélvico (“dolor bajito”) y dificultades para conseguir un embarazo. En casos menos frecuentes pueden provocar abortos o asociarse con malignidad.
Entre los síntomas más frecuentes están:
Hemorragia uterina anormal La causa de consulta más común, en mujeres con miomas, son las menstruaciones muy abundantes o sangrados inesperados entre una menstruación y otra. Estos sangrados anormales pueden llegar a ser muy incómodos, afectando la calidad de vida de las pacientes, o pueden ser tan severos que produzcan anemia, llevando a situaciones extremas, como asistencia a los servicios de urgencias o transfusiones de sangre. |
Dolor pélvico crónico
El dolor pélvico o la sensación de presión abdominal es la segunda causa más frecuente de consulta en mujeres con miomatosis. Usualmente las pacientes lo describen como “dolor bajito” o “severo” durante o entre menstruaciones. Cuando los miomas están ubicados en la parte posterior del útero pueden producir molestias como dolor lumbar o presión sobre el recto durante la defecación. Cuando están por delante pueden comprimir la vejiga y generar molestias a ese nivel.
A veces los miomas son tan grandes que producen una masa similar a la de un embarazo. También pueden presentar cambios en la irrigación de la zona lo que produce dolor agudo intenso.
Infertilidad y complicaciones en el embarazo
Los miomas pueden afectar de diferentes maneras el pronóstico reproductivo en algunas mujeres. Por un lado, cuando la masa es muy grande o están ubicados en el endometrio (porción más interna del útero donde se aloja el embarazo) pueden producir infertilidad. Por otro lado, pueden afectar negativamente la evolución del embarazo produciendo abortos, parto pretérmino, malas posiciones fetales o hemorragia posparto.
¿Cómo se diagnostican los miomas?
El diagnóstico de la miomatosis uterina comienza con una adecuado entrevista a la paciente y un examen físico ginecológico. En esta consulta se puede hacer una primera aproximación diagnóstica y sospechar la presencia de miomatosis uterina. Para confirmar y determinar el número y ubicación de los miomas, el examen indicado a seguir es la ecografía pélvica transvaginal, excelente apoyo para estos casos.
En determinadas circunstancias es necesario recurrir a exámenes más avanzados como la resonancia magnética, la histerosonografía (ecografía especial con aplicación de líquido dentro del útero) o la histerosalpingografía (examen con medio de contraste para “pintar” el interior de la cavidad uterina y evaluar el estado de las trompas de falopio).
¿Cómo tratar los miomas?
Los miomas se tratan cuando producen síntomas suficientes para afectar la calidad de vida de las pacientes. Es decir, cuando producen menstruaciones abundantes o dolorosas, dolor pélvico importante, o cuando, por su localización muy interna en el útero, representen un obstáculo para conseguir un embarazo buscado o representan riesgo para un eventual embarazo.
¿Cómo pueden tratarse?
Los miomas pueden tratarse con manejo médico o cirugía.
El tratamiento médico está enfocado en el control de los síntomas como el dolor o el sangrado vaginal y no en eliminar los miomas propiamente. Se utilizan medicamentos hormonales como
los anticonceptivos orales, la progesterona o el acetato de ulipristal, que logran disminuir temporalmente su tamaño, pero suelen perder su efecto al suspender el medicamento.
El tratamiento quirúrgico consiste en la extirpación de los miomas (miomectomía) o del útero (histerectomía) dependiendo de cada caso y de los deseos de la paciente de conservar o no su matriz.
Laparotomía (cirugía abierta)
Es la forma tradicional de realizar la extracción del útero o de los miomas. Requiere hospitalización y tiene una recuperación lenta y dolorosa. Aunque es la opción más invasiva, a veces se debe recurrir a ella cuando se trata de miomas muy grandes o muy numerosos.
Laparoscopia (cirugía de mínima invasión)
Consiste en la extracción de los miomas o del útero a través de pequeñas incisiones en el abdomen por donde se introducen cámaras de alta definición e instrumentos especiales, que evitan las
grandes incisiones como en la cirugía tradicional. Este procedimiento quirúrgico es ambulatorio, de muy rápida recuperación y casi indoloro. Su efectividad es muy alta y resulta más seguro que
la cirugía abierta.
Histeroscopia
Consiste en el paso de un instrumento delgado a través del cuello del útero para extraer los miomas que se encuentran más profundos (submucosos). Este procedimiento no requiere ningún tipo de incisión, es el ideal para miomas pequeños, ubicados en la región más interna del útero.
Resulta fundamental para un tratamiento laparoscópico e histeroscópico exitosos y seguros que las cirugías sean realizadas por un Ginecólogo Laparoscopista adecuadamente entrenado en cirugía mínimamente invasiva, en una institución con tecnología de punta y los recursos necesarios para garantizar las mejores condiciones para el cirujano y la paciente.
Embolización de miomas
La embolización de miomas es una alternativa en mujeres que tienen contraindicación para manejo quirúrgico y no tienen deseo de embarazo. Logra una reducción aproximada del tamaño de los miomas de un 45%.
Conclusión
La miomatosis uterina es una de las causas más frecuentes de consulta en ginecología ya que suele producir síntomas que afectan la calidad de vida de las mujeres en edad reproductiva.
El tratamiento médico puede producir un alivio de los síntomas pero que suele ser temporal.
El tratamiento quirúrgico es, en muchas ocasiones, necesario y debe procurar realizarse con técnicas mínimamente invasivas (laparoscopia o histeroscopia) por un ginecólogo experto en este tipo de cirugías.
Información de citas: 602 3319090 ext. 7323. Links relacionados: Directorio medico | Ginecología