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Autores: Dr. Jorge Luis Orozco Vélez – Neurólogo Clínico, Dra. Beatriz Elena Muñoz Ospina – Neuropsicóloga Clínica, Dr. Jaime Andrés Valderrama – Residente de Neurología
Introducción:
El deterioro cognitivo es un conjunto de alteraciones en la función cerebral, que pueden ocasionar diversos problemas en la atención, la memoria, el lenguaje o en el pensamiento, entre otras cosas. Al denominarlo leve se hace referencia a un estado clínico en el cual el paciente no cumple criterios diagnósticos para una demencia, pero tiene más problemas cognitivos que la mayoría de las personas de su misma edad.
El deterioro cognitivo leve (DCL) es una denominación genérica que busca diferenciar los cambios naturales del envejecimiento y una enfermedad neurodegenerativa en fase incipiente, y que puede considerarse por lo tanto como una fase prodrómica o de transición hacia una enfermedad subyacente, sea enfermedad de Alzheimer, Parkinsonismo, demencia vascular, entre otras.
Este conjunto de enfermedades se caracteriza por la dependencia en otras personas para realizar actividades básicas (bañarse, vestirse, salir de casa), las alteraciones del comportamiento y de la percepción (como las alucinaciones) y la presencia de olvidos que son significativos por el impacto en la autonomía e independencia funcional del individuo (por ejemplo, al momento de conducir automóvil, cocinar y manejar el dinero). No obstante, cómo no sucede en todos los casos, este deterioro puede permanecer estable durante muchos años y no generar mayores repercusiones en la cotidianidad de la persona.
A nivel mundial, con el incremento de la expectativa de vida al nacer, se hace necesario implementar medidas en las políticas de salud dirigidas a esta población, con el objetivo de prevenir y diagnosticar de manera temprana el DCL y así preservar la función y autonomía de las personas.
