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Autor: Juan Manuel Marroquín Donato Biólogo, nutricionista y dietista.
Introducción:
La pandemia generada por la enfermedad del coronavirus (COVID-19) ha presentado tres fases en nuestro país: la cuarentena, la reapertura económica y la vacunación. Esta última etapa, que se ha visto trastornada a causa del paro nacional, podría demorar más de un año en desarrollarse completamente. En vista de lo anterior, ante un posible riesgo de la continuidad en el contagio de la comunidad durante los próximos meses, se hace necesario iniciar o continuar una alimentación saludable que pueda fortalecer el sistema inmune (de defensa).
Esta alimentación saludable también contribuye en la disminución del riesgo de desarrollar enfermedades asociadas al desarrollo de complicaciones graves en los pacientes diagnosticados con la COVID-19, tales como sobrepeso y obesidad, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, entre otras.
Hasta el momento, no hay evidencias fuertes para afirmar que el consumo de algún alimento, suplemento nutricional o una dieta especial puedan disminuir el riesgo de contagio del virus entre las personas sanas. Sin embargo, es ampliamente conocido el rol de los alimentos saludables en la capacidad de las personas para enfrentar las infecciones: una dieta completa y
saludable permite obtener la energía, los nutrientes y otros compuestos naturales necesarios para fortalecer el sistema inmunológico.