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Santiago de Cali, diciembre 9 del 2021
De acuerdo con una investigación realizada en la Fundación Valle del Lili, el uso de esta técnica reduce la necesidad de soporte mecánico ventilatorio invasivo.
Un estudio dirigido por los investigadores del Departamento de Medicina Crítica de la Institución, concluyó que el uso de oxigenoterapia de alto flujo a través de cánula nasal disminuye la necesidad de ventilación mecánica invasiva y el tiempo necesario para recuperación en pacientes con COVID-19 severo.
La investigación, dirigida por el Dr. Gustavo A. Ospina-Tascón, intensivista de la Unidad de Cuidados Intensivos de la Fundación Valle del Lili, ha sido publicada el pasado 7 de diciembre en una de las más importantes revistas médicas del mundo, el Journal of the American Medical Association (JAMA).
Según el Dr. Ospina-Tascón, la disminución de los niveles de oxígeno en la sangre es una de las características clínicas más importantes de los casos graves de Covid-19. Por eso, la suplementación de oxígeno (clasificada como invasiva y no invasiva) es uno de los pilares fundamentales en la gestión de esos casos, con el objetivo de ayudar a mejorar la oxigenación de la sangre y reducir el esfuerzo realizado por el paciente para respirar.
El ensayo clínico fue conducido en tres hospitales en Colombia (Fundación Valle del Lili en Cali, Clínica de la Universidad de la Sabana en Chía – Cundinamarca y el Hospital Santa Clara, en Bogotá) y quiso comparar dos estrategias de soporte respiratorio no invasivo introducidas precozmente luego de la identificación de insuficiencia respiratoria aguda inducida por COVID-19. “Los objetivos trazados del estudio fueron: (1) estudiar la probabilidad de progresión de la enfermedad con la posterior necesidad de intubación y conexión a ventilación mecánica invasiva en un plazo de 28 días después de la crisis respiratoria; y (2) estudiar el impacto de cada una de las estrategias sobre el tiempo necesario para alcanzar la recuperación clínica”, explica Ospina-Tascón.
Los pacientes fueron divididos aleatoriamente en dos grupos de estudio: un primer grupo de pacientes fue sometido a una estrategia convencional de soporte de oxígeno (con flujos de oxígeno de hasta 15 L/min) mientras que el segundo grupo fue sometido a una estrategia de oxigenoterapia de alto flujo administrada a través de una cánula nasal especial (capaz de generar flujos de oxígeno de hasta 80 L/min). De acuerdo a los resultados finales del estudio, el riesgo de intubación se redujo del 51% al 34% entre un grupo de participantes y otro, siendo el que recibió oxigenoterapia de alto flujo el más beneficiado. En cuanto al tiempo de recuperación clínica, el intervalo se redujo de 14 a 11 días en los pacientes que recibieron la oxigenoterapia de alto flujo.
Los resultados de esta investigación son muy relevantes en la actual situación mundial, ya que la pandemia aún no ha terminado, y la derivación de nuevos picos de infecciones y en consecuencia, de pacientes con manifestaciones respiratorias graves, es esperado. La reducción del número de intubaciones generadas por la terapia de alto flujo de oxígeno debería traducirse en menos complicaciones, menor tiempo de recuperación y una consecuente mayor disponibilidad de camas y recursos de las Unidades de Cuidado Intensivo.
Todos los detalles del ensayo clínico pueden ser consultados y descargados en el sitio web de la revista: https://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/2786830
Al comienzo de la pandemia de Covid-19, no se tenía seguridad sobre cuál sería la estrategia de soporte respiratorio más adecuada para tratar inicialmente los casos más graves. Sin embargo, teniendo en cuenta la gravedad de la reducción de los niveles de oxígeno en la sangre en esta enfermedad, la primera posibilidad considerada fue el uso inmediato de ventilación mecánica invasiva, que comprendía la intubación del paciente y su conexión con un ventilador mecánico.
Así, una de las principales preocupaciones al inicio de la pandemia en 2020 era si el número de ventiladores mecánicos disponibles en los sistemas de salud a nivel mundial sería suficiente para enfrentar la magnitud de la emergencia. Sin embargo, una mayor preocupación surgió cuando datos de países que inicialmente enfrentaron la emergencia mostraron una alta tasa de mortalidad inesperada en aquellos pacientes sometidos a ventilación mecánica invasiva.
La información contrastó con los índices de la pre–pandemia mostrando que, en casos graves de insuficiencia respiratoria aguda, el mismo paciente podría autoinducir más lesión pulmonar, al aumentar enormemente su esfuerzo para respirar cuando era inadecuadamente soportado.