Cuando se habla de trasplantes, la mayoría de las veces se hace referencia a los órganos como el pulmón, corazón, riñón o hígado. Sin embargo, también se puede hacer referencia a la especialidad de ortopedia y traumatología.
A continuación, se explicarán los diferentes tipos de trasplantes, asociados a la rodilla, buscando incentivar la donación de órganos, huesos y tejidos articulares.
Una de las mayores ventajas de los trasplantes ortopédicos es que no requieren pruebas de compatibilidad o medicamentos de inmunosupresión, lo cual agiliza la obtención del injerto y minimiza eventos adversos asociados al mismo.
TRASPLANTE DE MENISCO
Este trasplante está reservado para pacientes jóvenes que tienen alguna lesión en la que pierden la mayor parte del menisco. Los meniscos se asemejan a unos “amortiguadores” en la rodilla y ayudan a repartir y sostener las cargas, impidiendo que la rodilla se deteriore. Al perder una gran parte del menisco, puede presentarse dolor y deterioro más veloz del cartílago en la superficie articular del hueso, produciendo un desgaste de la articulación.
Para hacer este tipo de trasplante es preciso enviar al banco de tejidos la resonancia magnética del paciente, con la cual toman la medida del menisco que se requiere y una vez se obtiene uno con dichas dimensiones, se procede a programar la cirugía. Esta es una intervención compleja, pero los especialistas de la Fundación Valle del Lili tienen amplia experiencia en la realización de este tipo de procedimientos.
LESIONES MULTILIGAMENTARIAS
Cuando una rodilla presenta un trauma de alta energía se pueden romper varios ligamentos. La rodilla cuenta con dos ligamentos cruzados (anterior y posterior), un complejo ligamentario lateral (esquina posterolateral) y un complejo ligamentario medial. Así mismo la patela cuenta con el ligamento patelofemoral medial y patelotibial medial.
Aunque una lesión de ligamento se puede tratar tomando un tendón de la misma rodilla, en algunos casos, se prefiere utilizar tendones del banco de tejidos para reconstruir los ligamentos afectados.
De esta manera, evitamos extraer múltiples tendones al paciente, favoreciendo así una recuperación más rápida. Estos tendones a su vez necesitan tornillos o dispositivos especiales para que se mantengan en el sitio donde deben integrarse, cicatrizar y devolver la estabilidad a la articulación.
LESIONES DEL CARTÍLAGO
Cuando se produce un trauma y se genera un daño en el cartílago, esto puede generar dolor, inflamación, alteración en la actividad deportiva y en la vida cotidiana. Además, eventualmente puede progresar hacia la artrosis.
En el banco de tejidos también se cuenta con injertos de cartílago fresco. Estos injertos tienen la ventaja de poseer células vivas de cartílago articular, lo más parecido al cartílago de la rodilla.
De estos injertos podemos tomar un cilindro o un segmento que nos permita reemplazar el tejido dañado del paciente. Este tipo de procedimientos cuenta con una ventana de tiempo de entre 14 y 28 días después de donado el tejido, por lo que se debe contar con su disponibilidad para cumplir con el plazo.
CONCLUSIÓN
El trasplante de órganos es fundamental en la ortopedia y la traumatología, beneficiando pacientes con problemas de rodilla, así como el salvamento de extremidades en algunos tipos de cáncer osteoarticular o bien para ayudar a curar una pseudoartrosis (cuando una fractura no consolida), entre otras aplicaciones.
Al conocer estos beneficios que generan los trasplantes en las personas, tomamos conciencia de la importancia de la donación de órganos, incluyendo huesos, tendones y meniscos.
En caso de que algún paciente, sus familiares, o los médicos tratantes tengan dudas o quieran conocer sobre la donación de huesos y tejidos articulares en la FVL, pueden comunicarse al: